Los lideres europeos se limitan a responder el cursos de los acontecimiento sin enfrentarse, directamente, a las profundas causas de la crisis. Esta política ad hoc socava los cimientos de de la legitimidad, confianza, cooperación, provocando confusión, indignación y temor en los ciudadanos.
La carta tiene un punto optimista, ¿tenemos realmente mecanismos eficaces para dar respuesta? Reconoce deficiencias institucionales en la zona Euro. Una integración monetaria sin una integración política. La solidaridad y cohesión se produce dentro de las fronteras, mientras los riesgos circulan libremente por Europa. Propone una unidad política, ¿acaso piensan que es posible el actual tratado de Lisboa? No siquiera contaría con el apoyo de los diversos gobiernos.
Aún así, lo que esta en juego, en Grecia, tiene un coste infinitamente menor del coste que tendría poner fin al proyecto europeo. ¿Existe mecanismo de co-decisión para una política fiscal europea que fuera la base de una cohesión por ehncima de fronteras? Pensemos una una tasa tobbi o una fiscalidad verde que diera una señal a los asustadizos mercados que no se ha a producir una situación de insolvencia.
Requiere un cambio de dirección que este a la altura de miras, concluye el manifiesto.
Sigmar Gabriel y Jürgen Habermas
Jürgen Habermas expuso hace pocos días, en una sala con mil asistentes, en la Humbolt Universidad de Berlín su vision de los errores de la política monetaria, que explica la crisis del euro. El mecanismo de estabilidad financiera acordado por Bruselas, ¿está teniendo un efecto llamada a los especuladores sin ser consciente que están poniendo no sólo la moneda en jugo, sino la construcción política y el propio proyecto europeo en el mundo?
Habermas se limita a indicar si lo acordado pone fin a la especulación del euro. El euro tiene un problema de déficit de construcción política, sobre la que especulan los mercados. Incluso la ortodoxia liberal advirtió contra el euro, la adhesión a unas simples reglas de consolidación fiscal en los presupuestos nacionales no era suficiente.
El consejo del 25 de mayo cierra en falso la crisis, una coordinación abierta que permite dejar las cosas como estaban. Pero abre la puerta el resentimiento, al no existir compromisos ni cooperación. Se trata de cómo ganar tiempo para aislar el problema evitar posible efecto contagio.
El punto más débil es el optimismo. No es posible reformar las instituciones, por tanto, Europa no va avanzar en la construcción política, pero se intenta exprimir los actuales acuerdos para que de ellos pueda llegarse acuerdos, legitimadas en la toma de decisiones europeas, que evite dinámicas centrifugas que señale con el dedo a Bruselas.
No esta escrito que los gobierno no opten por soluciones de suma cero. La historia no faltan ejemplos. ¿Se puede pensar en respuestas racionales cuando, como se indica, los lideres políticos parece que no sacan la cabeza del agujero, entretenido en sus disputas habituales, asuntos domésticos menores, por su puesto, abordar los problemas es impopular, pero dejarlos agravarse es irresponsable.
Para Habermas acercar los ciudadanos a Bruselas, cuando los gobierno no acercan Bruselas a los ciudadanos, que seria casi, pretender acercar los mercado, aún más, a los ciudadanos. Cuando los ajustes ya no se sabe si los exige los mercados, Bruselas es el medio por el que se expresan los mercado, o los mercados han tomado el poder de Bruselas.
Un discurso trabado sin evitar escollo y las cuestiones que otro prefieren ignorar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario