Richard Nixón desplazó el patrón del oro por el dólar un agosto de 1971. Hace cuatro décadas al dólar es la moneda hegemónica. El colosal del endeudamiento de Estados Unidos puede hacer que el dólar se desmorone, alertaba Josep Borrell,. Resaltaba el riesgo del dólar sobre la estabilidad de la economía mundial. El euro también esta, como Europa al borde del abismo apuntaba Jacques Delors.
El mundo ha cambiado mucho en estas cuatro décadas. Los dólares con el que se compraba petróleo, ya dudan buscar refugio en deuda de Estados Unidos. Ni siquiera el dólar es seguro. Pasó la época que tener dólares garantiza el acceso a la energía de formar más segura que contando con reservas estrategias. Era la época que todo el mundo guardaba dólares.
En 1998 el precio del barril de petróleo estaba 12 dólares. Unas rentas de 335 mil millones de dólares, 37 mil millones permanecen en la OPEP mientras 289 mil millones iban a Estados Unidos. Con un barril de petróleo por encima de 100 dólares las cosas cambian. De los países industrializados salen más de 700.000 millones dólares que no regresan.
China está más preocupada por el futuro del dólar. El tesoro de China tiene 3,2 billones de dólares (1,1 billones del Tesoro Federal). Barack Obama elevó el techo de la deuda. China reprocho no la deuda, sino los recortes impuestos por el “tea party” (que amenaza con una recesión).
Los países con deuda dispuestos a abdicar de la policía fiscal (prohibir constitucionalmente el déficit), sin un equivalentes europeo de política fiscal y presupuestaria. La ley de oro de la estabilidad presupuestaria de una Angela Merkel que acaba de perder el propio apoyo en el Bundestag. En septiembre veremos si se anticipan las elecciones. Oskar Lafontainer, Ministro de Finanzas con Schroeder (SPD), que calificaba a Merkel de la mujer más peligros de Europa. El excanciller Helmult Kohl (CDU), en una entrevista, afirmaba “usted [Mekel] no tiene brújula, si usted no sabe dónde está, adónde va, no sólo de falta liderazgo sino sentido a su política”.
¿Qué pide el mercado? Las empresas alemanas reclaman eurobonus, les facilita las exportaciones, reactivar el crecimiento –la verdadera la preocupación de los inversores. Angela Merkel confía mejorar la competitividad con medidas de austeridad de caballo.
No podemos olvidar desequilibrios de fondo. China debería de consumir más y exportar menos (lo que importa es innovación tecnología, lo que ha permitido la recuperación alemana). Alemania es la China Europea, exporta tecnología, pero tiene su consumo estancado, no actúa de locomotora europea reactivando el crecimiento, argumentaba Josep Borrell.
El verdadero recorte de gasto seria avanzar hacia la autonomía energética. Hemos acabado siendo adictos, no sólo al petróleo, sino a la deuda para adquirir este. Nos sorprendemos ahora que el Deutsch Bank sea más internacional que alemán. Heiner Flassbeck actual jefe de Desarrollo de UNCTAD y en 1998 Secretario de Estado Finanzas, reclamaba menos austeridad e incremento de salarios por encima de la productividad e inflación para iniciar la recuperación económica. Josep Borrell señalaba que la parálisis de la locomotora europea frena la economía Europea. Estados Unidos debería de consumir menos y ahorrar más.
En medio de la tormenta financiera escribía en este mismo espacio que las medidas para frenar las apuestas bajistas (ventas al descubierto) contra la deuda pública (ataques contra los ciudadanos y sus instituciones) no las tomó el gobierno sino la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). El gobierno en lugar de regular los mercados los gobiernos se empeñan en aplicar la ley de oro de la deuda. Según Jacques Delors en una entrevista con el diario suizo, Angela Merkel y Nicholas Sarkozy “formulan respuestas vagas e insuficiente”.
Zhou Xiachouan, Gobernado del Banco Chino, proponía en medio de las nuevas turbulencias recuperar la idea de Keynes, en 1940, de creación de una “cesta de monedas”. El FMI ya ideo una respuesta que De Gaulle se opuso, veía un intento de substituir el patrón del oro.
Por este camino Grecia ha recuperado el “Ovolos”: su antigua moneda. Una alternativa que funcionó en Argentina durante su particular quiebra; se trata de dinero virtual que reconocen los ciudadanos e instituciones para intercambiar alimentos u otros artículos.
El orden mundial durante cuatro décadas Estados Unidos permitía el reciclado de dólares. Los dólares tras adquirir petróleo acababan convertidos en la deuda. El resto del mundo adquiría deuda de Estados Unidos, una economía adicta a la deuda y combustibles fósiles.
Unos hablan de unas relaciones “asimétricas” otros de “modelo dual”. Poco importa. Entre la OCDE y la OPEP había sobreconsumo y precios bajos, en ambos lados existía una falta de soberanía respecto el mercado. Los productores de petróleo eran sometidos a enormes presiones para mantener precios bajos (extendían sus intereses en países industrializados). Los países industrializados contaban con energía barata y abundante, pero al precio de frenar el desarrollo de las energías renovables y tecnologías eficientes.
La escalada de precios del petróleo, por encima de los 100 dólares, ha invertido las relaciones entre países industrializados y países productores de petróleo. Hoy la OPEP tiene recursos para financiar una revolución energética. La OCDE tiene capacidad de aportar tecnologías y capacitaciones. El dinero que sale de los países industrializados a países productores de crudo podría invertirse en la revolución de las tecnologías del siglo XXI. No es casual que IRENA –la Agencia Internacional de Energía Renovable- este en Emiratos Árabes, vean su futuro como promotores de la revolución solar.
Europa y occidente es la adicta al petróleo. Y a algo más grave. La consciencia cojea respecto la acción. Es adicta a viejas ideas y conceptos. Entre la acción y la representación hay un desfase de medio siglo. Actuamos en el orden del siglo XX en una relaciones geopolíticas del siglo XX. La respuesta a los retos y desafíos no puede más que abordarse en nuevo equilibrios, con una nueva gobernanza financiera y monetaria de las (todavía) potencias económicas (G8) y las potencias emergentes (G5 de países aún no poderosos).
El viejo orden ofreció extraordinarios resultados económicos y desastrosos consecuencias ambientales. No podremos ser optimistas, desde una perspectiva global, mientras prevalezcan miopes intereses nacionales. El Fondo de Europeo de Estabilidad Financiera adquiere deuda sin mutualizar ésta; no existe una garantía europea, la garantía la ofrecen los estados, por tanto no alejara los ataques a la baja de sus deudas.
Jacques Delors advertía que el euro y Europa están al borde del precipicio. Daba nos respuestas, la voluntad de transferir poder a Bruselas, la creación de eurobonus y una fiscalidad común, es la garantía una bajada de los tipos de interés y alejar los ataques a la baja de las deudas de los países que amenaza la construcción Europea.
¿A qué se espera para tener los eurobonus sobre la mesa? Las respuestas, mientras, son medidas ad-hoc, incapaces establecer un hilo argumental. Menos aún de abordar los retos y desafíos, requiere señalar las causas de la crisis.