jueves, 28 de julio de 2011

El tsunami de Fukushima entra en el Parlament, Jordi Ortega

La semana pasada el Parlament debatió una moción presentada por Antoni Strubell (SI -Solidaritat per la Independència; preparada por expertos en el tema, de Alternativa Verda, integrada en SI). Incorporaba una enmienda oportuna de Xavier Sabaté (PSC); reclamaba que la Generalitat sea parte activa en la autorización de la prorroga de Ascó; esperar al resultado de la evaluación de la seguridad de Ascó antes de decidir sobre la renovación de la licencia; en caso positivo, renovar la licencia, en todo caso, sólo 5 años, en lugar de 10 habituales; y abordar la seguridad de unos residuos radiactivos almacenados en piscinas.

Nosotros, dijo Antoni Fernández Teixidó (CiU), votaremos en contra porque el contenido no se ajusta al contexto. La novedad es que el PSC, con retraso, si incorpora las tesis de SPD (socialdemócratas alemanes). CiU, en cambio, no aprende de la CDU. Teixidó es tan inmune a la experiencia como el Ministro de Industria, Rainer Brüderle (FDP, liberales) que, poco antes de las elecciones en Baden-Württemberg, calificaba (en una conversación privada con empresarios) que el cierre de nucleares planteado por Angela Merkel (CDU) era electoralista (no hay que tomarlo en serio). Rainer Brüderle –experto en sus meteduras de patas- desmentía inmediatamente lo dicho, pero no así sus interlocutores.

Antoni Fernández Teixidó (CiU), no en conversación privada, sino en el parlamento utiloizaba estos mismos argumentos. Recriminaba a sus interlocutores: “han entendido mal la decisión alemana. Ustedes lo han digerido mal”. Y, repetía, "¿cómo puede usted decir que Alemania, la señora Angela Merkel, está cerrando las centrales nucleares? Es una idea proyecto de futuro, que ya veremos si lo llevan a la práctica".


Xavier Sabaté (PSC) señalaba con los dedos las 7 centrales nucleares paradas por Merkel (aunque eran 8 las centrales cerradas). El SPD propuso el 16 de marzo, en un programa de cambio energético, el cierre de 8 centrales nucleares. La moratoria presentada el 15 de marzo -tres días después del accidente de Fukushima-, acaba cerrando 8 centrales. Angela Merkel en una semana tenía desconectados 8.000 MW nucleares, Alemania pasaba del 22% de generación nuclear al 15%. Las nueve centrales restantes cerrarán entre 2015 y 2022.



El 30 de junio el Parlamento alemán aprobó la nueva política energética, dando fin a treinta años de conflicto. El nuevo consenso era el efecte de un nuevo contexto, por un lado, la nueva percepción de los riesgos tecnológico, y por otro, no del miedo, sino de la astucia y el olfato para percibir las enormes oportunidades del nuevo modelo energético del siglo XXI. Para otros, se trata de algo más primario, simplemente de intuición política, ¿el gobierno o las nucleares?


Angela Merkel votando con el ministro de Medio Ambiente Norbert Rottgen, el gran ganador de la batalla.

Igual Teixidó pensaba que la “moratoria” eran juegos de artificio para ganar tiempo (lo que de modo espontáneo criticaba la oposición). No, Merkel ha dado señales de tener una cabeza bien amueblada para -aún con una cultura de la Alemania oriental ajena al movimiento antinuclear- ha sido capaz de comprender las lecciones de Fukushima. Y algo más grave. Teixidó afirma que la nueva política energética aprobada por amplia mayoría en el Parlamento y Senado un gobierno puede no llevarlo a la práctica; toda una burla a la soberanía democrática.

Hubo algunas abstenciones en el SPD y Verdes. Pero no era por no confiar en el parlamento. Consideraban inaceptable retrasar al año 2022 el cierre, siendo factible su clausura en 2017, como proponía la misma Agencia de Medio Ambiente del propio gobierno alemán. Si bien es cierto que se propuso brindar el cierre nuclear; que el acuerdo implique una enmienda a la Constitución como tiene Austria. Pero nadie en su sano juicio cree que un gobierno puede cambiar las reglas a medio partido, tomar medidas retroactivas, o generar inseguridad jurídica que ahuyenta las inversiones y actividad económica.

Sorprende la respuesta de Fernández Teixidó: “¿están ustedes diciendo que los responsables del Consejo de Seguridad Nuclear no son buenos profesionales, que no hacen bien su trabajo?, ¿desde qué punto de vista se puede impugnar este planteamiento?, desde lamentables planteamiento patrióticos”. Acaba,”¿se puede decir que el CSN es ciego a los problemas?”

Xavier Sabeté, en nombre del PSC, juzgó como muy conveniente la moción de SI. El tsunami nuclear japonés ha provocado un cambio de contexto. Incluso en países donde la energía nuclear forma parte, como Francia, de su identidad nacional, establece escenarios de un futuro abandono de la misma. La energía nuclear no es la forma más segura, barata y eficiente de calentar agua para generar energía.

“¿Hasta cuándo señor conseller, perdón, Catilina, seguirá usted abusando de nuestra paciencia?”, preguntó Sabaté usando un memorable discurso de Cicerón. Llevamos seis meses sin oír habla en el Parlament de energía. La palabra nuclear no aparece por ningún lado. Mientras el resto de países están sacando las conclusiones de un intenso debate energético. El debate de la moción no contó con la presencia de ningún miembro del gobierno.

Las recomendaciones del CADS, presentada por su director, Ramón Arribas, han sido calificadas de realistas, ambicionas y responsables tanto por personas favorables como contrarias a la energía nuclear. Los detalles del debate alemán y recomendaciones se pueden encontrar aquí (http://www15.gencat.cat/cads/AppPHP/index.php?option=com_events&task=view_detail&agid=1558&Itemid=43&ModulActualitat=0). ¿Cómo no aceptar que la Generalitat sea parte activa de la decisión sobre Ascó? Lo que expone con sobriedad el CADS.

¿Se imaginan este argumento en boca del algún responsable de ADIF o AENA, para rechazar ceder competencias? Ni siquiera ser parte de la toma de decisiones. Sabaté recordaba que la redacción hubiera podría ser más explícita y reclamar que la Generalitat tuviera una voz determinante, como se pide en otras negociaciones con Madrid.

Es que tendríamos un problema”, recordaba Sabaté las palabras de Teixidó en la Comisión de Ocupación e Innovación. Lo que pasa es que ustedes tienen más miedo a la tecnología nuclear que nosotros, por motivos distintos, concluía Xavier Sabaté. Por eso no se habla. ¿Durante cuantos días todavía este golpe de locura tuya se reirá de nosotros?”, es la segunda pregunta de Sabaté tomada de Cicerón.


Es el síndrome que padece el gobierno británico; mientras con una mano diseñaba con el lobby nuclear una estrategia para minimizar lo sucedido en Fukushima (descubiertos por los mails), con la otra mano adquiría pastillas de yodo de potasio (por lo que pudiera pasar). Luego son los primeros en acusan a los demás de alarmistas, de asustar a la gente.

Si no querían asustar a la gente, lo han logrado. “De los hombres es equivocar, de locos es persistir en el error” otra célebre frase de Cicerón.

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