lunes, 26 de noviembre de 2012

¿Qué lugar ocupa la ecología en las elecciones? La agenda verde del PSC.


¡El cambio climático entra en las elecciones presidenciales!
El huracán Sandy ha hecho que el cambio climático entrase en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Barack Obama ganó estados claves de Colorado, Iowa, Ohaio, Virginia, Nuevo México y Wisconsi que habían sufrido recientemente fenómenos meteorológicos extremos. Quizá sea casual. Desde climate heroes 2012, con Club Sierra y otras ONG apoyaron de forma activas aquellos candidatos comprometidos con el clima (http://climateheroes2012.com/Climate_Heroes_2012/Home.html).
Quién reproche de que la gestión de Barack Obama ha sido mediocre no debería olvidar que ha tenido el Congreso más hostil al medio ambiente de toda la historia; casi cada día -247 veces- votó debilitar la EPA –Agencia de Protección Ambiental (https://www.commondreams.org/view/2012/06/20-2).
Ocuppy Wall Street se convierte en #occupysandy.
Occupy Sandy, el Occupy Wall Street del clima, ha mostrado la capacidad de las redes sociales para convertirse en plataformas a través de las cuales canalizar voluntarios; un medio efectivo y tangible para distribuir los esfuerzos allí donde estos son más necesarios y ofrecer apoyos a los más afectados por el huracán.
Michael Bloomberg, alcalde de Nueva York, dijo que la ciudad estaba abrumada por la cantidad voluntarios dándose ayuda mutua unos a otros. Son las resiliencias sociales al cambio climático menos estudiadas, que deberían formar parte de las políticas públicas. La sociedades individualizadas son más vulnerables que las tradicionales a los riesgos.
Occupy Wall Street está en las antípodas de Michael Bloomberg. “Nueva York seguiría siendo la ciudad más abierta y tolerante del mundo”, señaló el alcalde de Nueva York y, añadía “guardo algo de hippie todavía”. La paradoja es que no fue Occupy Walls Street quien impuso la violencia subjetiva contra Wall Street; quien cerró la bolsa más importante del mundo fueron las condiciones objetivas del huracán Sandy.
El Pentágano rápidamente ha identificado el cambio climático como una amenaza a la seguridad nacional. Las sorpresas climáticas pueden hacer vulnerables las tropas de Estados Unidos repartidas en el mundo; un solo evento catastrófico podría desencadenar reacciones en cadena que pongan en riesgo las misiones y la seguridad global. Ahora la opinión pública más recalcitrante acepta que el cambio climático es una cruda realidad.
Barack Obama en su discurso, tras la victoria en Chicago Illionis dijo: “queremos que nuestros hijos vivan en un país que no esté lastrado por la deuda [del clima]…, que no se vea amenazada por el poder destructivo del calentamiento del planeta” (http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=ddx8t6zGWxA).
¿Qué lugar demoscópico ocupa el cambio climático en la política? 
Pere Navarro ha propuesto crear una vicepresidencia que aglutine el cambio climático, la economía verde y la lucha contra la exclusión social y pobreza. En el programa del PSC incluye celebrar una Convención Catalana de Cambio Climático y Economía; se inspira en la celebrada en Francia por François Hollande que implicó a todo e gobierno, las demás fuerzas políticas y la sociedad civil. Son esos grandes pactos de estado (unos Pactos de la Moncloa verdes) capaces de convertir los brotes verdes, en prados verdes, para lograr selvas verdes.
Richard Nixón situó el medio ambiente dependo de la presidencia de Estados Unidos al crear el 2 de diciembre de 1970 la EPA. La Unión Europea creo el primer programa de medio ambiente en 1973. España no creo el ministerio de medio ambiente hasta la llegada de José Maria Aznar a la Moncloa. Josep Borrell fue ministro que empezaba por de Obra Pública y acababa por Medio Ambiente -en 1991. En las mismas fechas Cataluña tenía una Consejería de Medio Ambiente -con Albert Vilata.
La estrategia Europea hacia el 2020 ha permitido que medio ambiente integre el cambio climático y la energía. Se escucha, ¿qué efectos tiene para Alemania? En ninguna capital europea se pregunta ¿qué consecuencias tiene para Europa? Preguntas incorrectas dan lugar a respuestas erróneas, cuando el reto no es nacional. Si Europa supiera mirar los mapas en lugar de las fronteras tendría una política energética y climática para 1.000 millones de habitantes, la región de mediterráneo espera una revolución energética solar que no llega.
¿Dónde encaja el cambio climático, la economía verde y la lucha contra la exclusión social?
David Cameron con frío pragmatismo ha puesto en marcha, en Reino Unido, un programa contra el peligro de exclusión energética; 63.000 millones de libras, entre 2013 y 2027, en inversiones en medidas de eficiencia. El plan crearía 71.000 empleos en 2015, se financia a través de un impuesto sobre las emisiones de CO2.
David Cameron no hubiera aplicado estas medidas de no ser por el sistema electoral británico, donde hay un cuerpo de político y electores que favorece estas presiones de abajo arriba. “Nos enfrentamos a dificultades económicas de miles de familias para pagar la energía; las casa frías dañan la salud de los niños y las personas mayores… pedimos que los impuestos del carbono se destinen a reducir la factura energética“; reclamaba una iniciativa ciudadana (http://www.energybillrevolution.org/).
En las antípodas está la “tarifa social” que supone subsidia tarifas. Poco coherente con el gobierno que dice que la energía más limpia es la que no se consume… a pasar frío. Resulta más fácil que arremangarse para impulsar una economía verde generadora de empleo.
Jeremy Rifkin exponía cómo Italia había logrado en un año instalar 9 GW fotovoltaicos (el equivale a 7 nucleares de 1400 MW, que tardaría una década en construirse). Recuerdan aquellos comerciales que vendían cosméticos o enciclopedias casa por casa; pues se han reciclado y ahora ofrecen paneles fotovoltaicos en los tejados. Te financian la inversión con el ahorro -en Italia la fotovoltaica está entre un 15 y 40% más barata que la electricidad de la red. ¿Quién puede rechazar esta extraordinaria oferta? Se ha generado más de cien mil  empleos.
¿Y Cataluña?
Los sucesivos gobiernos se dedican a planificar el futuro, es más fácil que tener que gestionar el presente. El PECAC 2020 se aprobó tras la convocatoria de las elecciones sin llegar a debatirse en el Parlamento. ¿Cómo puede ser que Alemania, con mucho menos sol que España, genere en mayo o junio un 50% de energía con los 49 GW fotovoltaicos instalados? Escocia quiere lograr en 2015 un 50% de energía renovables. ¿Qué hemos hecho?
En 2008 instalamos la mitad de la fotovoltaica que toda Europa. Todo el mundo nos miraba, ¿cómo lo habíamos hecho? “Si queremos ser los primeros de la clase en tecnologías inmaduras tendremos que pagarlo”, se dijo por las grandes energéticas. Se exigió al gobierno “paralizar los proyectos y frenar el desarrollo tecnológico”. ¡En caso contrario tenemos la energía más cara de Europa!
Sinceramente nos asustamos. El precio en 2008 era de 65 euros MWh, en 2010 bajó a 25 euros MWh. El cierre nuclear por Alemania, se dijo, le llevaria a consumir nuclear de Francia. Ha sucedido que Francia importa de Alemania. Las plantas de gas alemana, con más  renovables, tienen precios demasiado bajos para ser rentables (http://enenews.com/germany-producing-too-much-power-after-turning-off-nuclear-reactors-experts-warn-gas-driven-plants-are-shutting-down-wind-solar-hydro-are-too-cheap).
Las falsas ideas nos llevó a descarrilar el tren del futuro. Mientras que la socialdemocracia se deja apabullar por los detalles de la política del día a día, y no ofrezca grandes perspectiva de futuro, pierde capacidad de ofrecer una amplia perspectiva al conjunto de la sociedad.
Una agenda verde del PSC.
Se debería prestar más atención a la Agenda Verde del PSC. Valdría la pena que algún otro partido se arremangase y luchase de forma ofensiva contra el cambio climático y por una transición energética. Ocupa una ridícula nota a pie de página en los discursos.
No nos podemos permitir el lujo dudar entre transitar hacia la madurez -acelerar la curva de aprendizaje de las tecnologías verdes-o hacer descarrilar el tren de este liderazgo tecnológico. La Agenda Verde del PSC muestra que los tejados fotovoltaicos en fábricas, las centrales de biomasa, los tejados verdes, la energía geotérmica, etc., son realidades. Son acciones de gobierno que han pasado, lamentablemente, desapercibidas (http://mediambient.socialistes.cat/noticia/agenda-verda-del-psc).
Sólo falta conectar las piezas.
Es inaceptable, en un momento de crisis, paralizar inversiones por la incertidumbre de quien toma decisiones. Algunos programas ni se atreven garantizar la seguridad jurídica cuando es urgente dar a los emprendedores amplios horizontes sabiendo que las reglas no se cambiarán a mitad de partido. Falta, en todo esto, la presión democrática ascendente. Prevalece una sociedad dócil.
La ley electoral no es un mecanismo para elegir el gobierno. No estamos en un régimen basado en encuestas (demoscopia) sino en la formación de la voluntad institucionalizada de la soberana popular. Ello requiere adecuaciones para ampliar los horizontes de la participación democrática (“los partidos políticos expresan el pluralismo político” -dice la constitución de 1978).
Esta concepción de la política hubiera hecho impensable que republicanos expresaran su apoyo a Barack Obama. El elevado numero de indecisos no es por falta de fidelidad ideológica, sino de un compromiso político que las actuales ofertas no satisface sus demanda. Los grandes retos y desafíos se consideran cuestiones marginales en la agenda política.
En Australia el cambio climático ha determinado la identidad de sus últimos tres primeros ministros. Un asunto en las primarias socialistas y las presidenciales francesas. ¿Cómo el cambio climático y la economía verde no son el eje de las elecciones, cuando es un vector de las políticas industriales y económicas de muchos países -sobretodo emergentes- que ocupa en el mundo una parte -cada vez mayor- de PIB?
Esperemos que otros se sumen a una agenda verde. Y que los medios dediquen más atención a este tipo de iniciativa innovadoras como la agenda verde del PSC. La madurez democrática, una economía verde, un pluralismo político más allá de las paredes de los partido son también un factor clave para salir de la crisis.

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