martes, 8 de marzo de 2011

Nucleares y tarifa eléctrica, JORDI ORTEGA

Cuando se plantea la idea de alargar la vida de las centrales nucleares invocando el precedente que supone aplazar el cierre de las centrales atómicas de Alemania, se olvida decir que el gobierno alemán -SDP y Verdes- acordó el 2002 un plan de prejubilación de estas centrales para el 2021, al llevar 32 años de vida. Por cierto, ésta es una medida incluida en el programa del PSOE de 2004. En Alemania, Wolfgang Clement y otras cuarenta personalidades públicas proponen emplear los beneficios de las nucleares en fomentar el despliegue de las energías renovables. El gobierno calculó que los “beneficios caídos del cielo” que obtienen las nucleares ascienden a unos 127.000 millones de euros.

El calendario de alargamiento de las centrales incluye un reparto de la capacidad de generación. Las centrales más nuevas y seguras pueden recibir cuotas de producción de las más viejas. Aquí está el cambio de cromos: permiten obtener más capacidad de producción nuclear a cambio de ser gravadas con un impuesto que servirá para impulsar las energías renovables. La medida generó una oleada protestas, y tanto Verdes como SPD acusaron al gobierno de poner la seguridad en venta, de frenar la generación de empleo y de obstaculizar las nuevas tecnologías limpias.

Mientras tanto, aquí no se adivina dónde esta esa política antinuclear de Zapatero. El presidente del gobierno Zapatero no cerró la planta de Garoña (Burgos) que fue inaugurada en 1971. Dio cuatro años de prórroga, lo que le permite funcionar tres años menos que la más moderna central nuclear alemana. Esta continuación en la explotación supone un regalo de 180 millones de euros anuales, en “beneficios caídos del cielo” para la empresa propietaria. Y, mientras tanto, estos días ha trascendido que Fabricio Hernández (el perito que, en nombre de la empresa reclama al Gobierno 951,4 millones de euros por el lucro derivado del cierre de Garoña), ha sido nombrado Secretario de Estado de Energía.

Al menos, las empresas alemanas (E.ON, RWE, Vaterfall y EnBW) ofrecieron repartirse los beneficios de centrales ya amortizadas. Con un impuesto de 120 euros por gramo de uranio. Garoña, en cambio, ni propone repartir esos beneficios del alargamiento de su vida, y encima reclama indemnizaciones millonarias por dejar de funcionar.

Miquel Sebastián tanteó esta posibilidad, de introducir un impuesto a las nucleares. Pero nunca más se supo. Un intento de poner coto el sistema inflacionista de precios. En Nochebuena se anunció un recorte de 750 millones a la fotovoltaica y un incremento 10% de la factura.

A partir del 2021 se van a renovar las licencias de las centrales de Cofrentes, Ascó I y II y Trillo ¿Por qué no introducir una subasta por estas licencias? Sería una alternativa a los impuestos. Y en este contexto, se podría flexibilizar de la fecha del cierre. Obtener recursos para apoyar ese cambio de modelo energético, impulsar con fuerza las energías renovables en lugar de frenarlas. No se ve el cambio de cromos si se retrasa la edad de jubilación de las nucleares. Ni siquiera se plantea, por parte del gobierno, la energía nuclear como un puente (discutible) hacia las energías renovables.


El sistema es insostenible, y el déficit tarifario descomunal. Pero no es culpa de la ayuda que reciben las renovables. Luís Berenguer, presidente de la Comisión Nacional de Competencia, señalaba hace poco que “es escandaloso” y que "se asuma con total normalidad que las empresas generadoras estén cobrando los precios tan desorbitados por energía producida en centrales superamortizadas, como son la hidráulica y nuclear, y que cobren el mismo precio que el de las otras energía. (...) El sistema de formación de precios del pool eléctrico es un escándalo al que no se puede pasar ni un mes sin que se le ponga fin”.


El déficit tarifario no es un problema de costes. Al revés. Tenemos una estructura de precios inflacionista. Jorge Fabra, consejero de la CNE, ante la recién subida de la factura eléctrica, se preguntaba “si las normas vigentes son adecuadas”y si no son “infinitamente mejorables”. ¿Cómo es posible? El “consumidor doméstico no necesita pagar las primas que establece el mercado (sino que), su interés está en que el coste sea el menor posible”, pero se le hace “pagar al consumidor un servicio que no ha demandado”.

Miquel Sebastián reconocía que se preveía instalar 9.000 MW en térmicas de ciclo combinado y tenemos 20.000 MW. Y todas estas térmicas actúan como centrales de “respaldo” de las renovables, de manera que cuando no hay viento y sol entran en servicio. Pero ¿quién ha reclamado estas centrales de “respaldo”? Nadie ha obligado a invertir en estas centrales, que cobran los precios de la tarifa pese a no estar funcionando, porque la mayor parte del tiempo no se las necesita. Estamos ante un sistema garantista, inflacionista y falto de realismo.

Se imaginan que bajo la excusa de “proteger” al consumidor se le haga pagar unos costes "por capacidad, por tener comercios, cafeterías o supermercados de “respaldo”; demnada prewventivas, el efecto sería, en luhgar de un mercado liberalizado, que guie las inversiones más eficientes, un mercado que ignorar los riesgos de inversión. El resultado una alegría que favorece la apertura de comercios sin importar la demanda, cafeterias que gana más si no sirven café. Los despropositos se soluciona con despropostivos mayores. La complejidad se resuelve en las soeciades post racionales, weberianas, con más complejidad.

La Subcomisión de Energía del Congreso hizo una propuesta que ilustra el anterior ejemplo. Llamar "mercado" a la electricidad tiene un caracter metafórico. El texto de la subcomisión de energia abogaba “por que las energías renovables “internalicen” el coste que supone mantener [las centrales térmicas de ciclo combinado] para su respaldo y pide que establezca un pago unitario para estas plantas cuando realmente entren en funcionamiento por la intermitencia de otras fuentes de energía”. O sea, que en lugar de destinar beneficios de tecnologías maduras para desarrollar las tecnologías del futuro, las renovables, se propone justo el revés, las renovables deben de pagar por capacidad a los ciclos combinados. Y se sacan las tijeras para recortar las energías renovables, como si se tratase de un problema de coste. Cuando el problema es de precio. De diseño del mercado y fijación de precios marginales.

Bill Cinton dijo "es la economia estúpido!!!" No deberiamos decir "Es el precio estúpido!!!" El problema es otro, "es la estructura inflacionista de precio estúpido!!! demasiado largo. Tenemos un mercado mal diseñado, peor diriguido, con medidas parciales, percepciones falaces, capaz de hacer que los problamas se eleven a la infinita potencia.